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Esta semana un grupo de científicos italianos ha detectado rastros de COVID-19 en partículas de contaminación en el aire, lo que podrá permitirles estudiar el rol que estas partículas pueden tener en la expansión de la pandemia del coronavirus.

El equipo del científico Leonardo Setti, de la Universidad de Bolonia, a través de un paper ha publicado el inicio de su investigación, la que analiza el rol potencial que tienen las partículas de contaminación en la pandemia de COVID-19, las que podrían estar detrás de las altas tasas de contagio que se registraron en el norte de Italia. Esta idea es sostenida también por otro análisis preliminar, el que postula que existe una alta asociación entre la contaminación del aire de ciertas ciudades en días donde se excedieron los límites establecidos de MP10 y una cifra promedio de más de 2.000 infectados en zonas que comparten esta característica.

Estos estudios son publicaciones «preprint», por lo que no están finalizados todavía y necesitan del respaldo de científicos independientes. A pesar de esto, distintos expertos coinciden en la alta posibilidad de que esta hipótesis sea cierta tras el término de las investigaciones.

Los expertos no están seguros aún de que las minúsculas partículas transportadas por el aire puedan causar infecciones de coronavirus. Lo que sí es cierto, es que el coronavirus del SARS (2003) pudo hacerlo, y el COVID-19 puede seguir presente durante horas en gotas minúsculas de agua suspendidas en el aire. Debido a la importancia de este tema, los investigadores insisten en la urgencia de comprobar si el nuevo coronavirus puede o no transmitirse por el aire, y si esta respuesta estará en las partículas contaminantes.

Coyhaique ha sido catalogada últimamente como la ciudad más contaminada de América, y año a año la polución es un tema a considerar en las cifras de salud de la Región de Aysén, ya que trae un aumento en enfermedades respiratorias en la población. Las altas tasas de contaminación en la zona nos traen a consideración esta nueva problemática, que en caso de un nuevo brote de COVID-19, este podría verse incrementado por las partículas MP2,5 y MP10, las famosas partículas de la contaminación atmosférica.

Foto: Aire Chile

Tras la vivencia de esta pandemia, la pregunta es si la concientización de los coyhaiquinos y ayseninos por su salud será tal como para convertir en una costumbre la usanza de mascarillas para prevenir enfermedades. El llamado a la población de la región es a continuar con el uso de mascarillas, especialmente del tipo N95, que han resultado ser las más eficientes tanto para retener el COVID-19, como para cuidar la salud de las personas de la contaminación.

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